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ORACIONES

ROSARIO-misterios

Misterios del Rosario

MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado)

1. La Encarnación del Hijo de Dios.

2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.

3. El Nacimiento del Hijo de Dios.

4. La Purificación de la Virgen Santísima.

5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.

 

MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes)

1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto.

2. La Flagelación del Señor.

3. La Coronación de espinas.

4. El Camino del Monte Calvario.

5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

 

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)

1. La Resurrección del Señor.

2. La Ascensión del Señor.

3. La Venida del Espíritu Santo.

4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.

5. La Coronación de la Santísima Virgen.

 

MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.

2. La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.

3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.

4. La Transfiguración.

5. La institución de la Eucaristía.

ROSARIO-como se reza

El Santo Rosario

El Rosario completo está compuesto de veinte decenas. Está dividido en cuatro partes distintas, que se pueden rezar separadamente en diferentes momentos del día, los cinco Misterios Gozosos, los cinco Misterios Luminosos, los cinco Misterios Dolorosos, los cinco Misterios Gloriosos. Si se rezan sólo cinco decenas por día, es costumbre rezar los Misterios Gozosos los lunes y sábados, los Misterios Luminosos los jueves, los Misterios Dolorosos los martes y viernes, los Misterios Gloriosos los miércoles y domingos.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Credo, Padre Nuestro, 3 Ave María (por la fe, la esperanza, la caridad), Gloria.   

o bien

Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria.

Primer Misterio Gozoso. La Anunciación del Ángel a María.

A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró donde ella estaba, y le dijo: “Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo”. Ante estas palabras, María se turbó y se preguntaba qué significaría tal saludo. El ángel le dijo: “No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y se le llamará Hijo del altísimo; el Señor le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que se llamaba estéril está ya de seis meses, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel la dejó.
(Lc 1,26-38)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Segundo Misterio Gozoso. La Visitación de María a Santa Isabel.

Unos días después María se dirigió presurosa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. Y dijo alzando la voz: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Y cómo es que la madre de mi Señor viene a mí? Tan pronto como tu saludo sonó en mis oídos, el niño saltó de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído que se cumplirán las cosas que te ha dicho el Señor!”
(Lc 1,39-45)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Tercer Misterio Gozoso. El Nacimiento de Jesús.

Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo. Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad. También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta. Mientras estaban allí se cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada.
(Lc 2,1-7)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Cuarto Misterio Gozoso. La Presentación en el Templo.

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para ofrecerlo al Señor, como está escrito en la ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor, y para ofrecer el sacrificio según lo ordenado en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.
(Lc 2,22-24)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Quinto Misterio Gozoso. El Niño Jesús hallado en el Templo.

Sus padres iban todos los años a Jerusalén por la fiesta de la pascua. Cuando tuvo doce años, fueron a la fiesta, como era costumbre. Terminada la fiesta, emprendieron el regreso; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta. Creyendo que iba en la caravana, anduvieron una jornada, al cabo de la cual se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en busca suya. A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. Todos los que le oían estaban admirados de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando muy angustiados”. Les contestó: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo ocuparme en los asuntos de mi Padre?” Ellos no comprendieron lo que les decía.
(Lc 2,41-50)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Primer Misterio Luminoso. El Bautismo de Jesús.

Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara. Pero Juan quería impedirlo, diciendo: “Soy yo el que necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” Jesús le respondió: “¡Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así toda justicia!” Entonces Juan accedió a ello. Una vez bautizado, Jesús salió del agua; y en esto los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él. Y se oyó una voz del cielo: “Éste es mi hijo amado, mi predilecto”.
(Mt 3,13-17)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Segundo Misterio Luminoso. Las Bodas de Caná.

Tres días después hubo una boda en Caná de Galilea, en la que estaba la madre de Jesús. Invitaron también a la boda a Jesús y a sus discípulos. Se terminó el vino, y la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le contestó: “¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora todavía no ha llegado”. Su madre dijo a los sirvientes: “Haced lo que él os diga”. Había allí seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una para los ritos de purificación de los judíos. Jesús les dijo: “Llenad de agua las tinajas”. Y las llenaron hasta arriba. Añadió: “Sacad ahora y llevádselo al maestresala”. Y se lo llevaron. Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo: “Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”. Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
(Jn 2,1-11)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Tercer Misterio Luminoso. El Anuncio del Reino de Dios.

Después de ser Juan encarcelado, Jesús fue a Galilea a predicar el evangelio de Dios; y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca. Arrepentíos y creed en el evangelio”.
(Mc 1,14-15)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Cuarto Misterio Luminoso. La Transfiguración.

Unos ocho días después Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y Santiago y los llevó al monte a orar. Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente. Dos hombres, de improviso, se pusieron a hablar con él. Eran Moisés y Elías, que aparecieron con un resplandor glorioso y hablaban con él de su muerte, que iba a tener lugar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero lograron mantenerse despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: “Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. No sabía lo que decía. Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y los cubrió. Al entrar en la nube, los discípulos se asustaron. Y una voz desde la nube dijo: “Éste es mi hijo, el elegido, escuchadlo”.
(Lc 9,28-35)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Quinto Misterio Luminoso. La Institución de la Eucaristía.

Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo”. Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de él todos. Y les dijo: “Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos”.
(Mc 14,22-24)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Primer Misterio Doloroso. La Agonía de Jesús en el Huerto.

Salió y fue, según su costumbre, al monte de los Olivos. Sus discípulos lo acompañaban. Cuando llegó al lugar, les dijo: “Orad para no caer en la tentación”. Él se apartó de ellos como un tiro de piedra, se arrodilló y se puso a orar, diciendo: “Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Y se le apareció un ángel del cielo reconfortándolo. Entró en agonía, y oraba más intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo.
(Lc 22,39-44)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Segundo Misterio Doloroso. La Flagelación del Señor.

Entonces Pilato mandó azotar a Jesús.
(Jn 19,1)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Tercer Misterio Doloroso. La Coronación de espinas.

Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le vistieron un manto de púrpura; se acercaban a él y le decían: “¡Viva el rey de los judíos!” Y le daban bofetadas.
(Jn 19,2-3)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Cuarto Misterio Doloroso. Jesús con la Cruz a cuestas.

Jesús quedó en manos de los judíos y, cargado con la cruz, salió hacia el lugar llamado “la calavera”, en hebreo “Gólgota”, donde lo crucificaron.
(Jn 19,17-18)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Quinto Misterio Doloroso. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

Después de esto, Jesús, sabiendo que todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: “Tengo sed”. Había allí un vaso lleno de vinagre; empaparon una esponja en el vinagre, la pusieron en una caña y se la acercaron a la boca. Cuando Jesús lo probó, dijo: “Todo está cumplido”. E, inclinando la cabeza, expiró.
(Jn 19,28-30)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Primer Misterio Glorioso. La Resurrección de Jesús.

Pasado el sábado, al rayar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: “No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo. Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho”.
(Mt 28,1-7)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Segundo Misterio Glorioso. La Ascensión de Jesús al Cielo.

Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a su vista. Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal como lo habéis visto irse al cielo”.
(He 1,9-11)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Tercer Misterio Glorioso. La Venida del Espíritu Santo.

Al llegar el día de pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente un ruido del cielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse.
(He 2,1-4)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Cuarto Misterio Glorioso. La Asunción de María al Cielo.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el todopoderoso ha hecho conmigo cosas grandes.
(Lc 1,48-49)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Quinto Misterio Glorioso. La Coronación de María Santísima.

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza.
(Ap 12,1)

Breve pausa de reflexión.

Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria por las intenciones del Papa.

Salve.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

CREDO DE LOS APOSTOLES

Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna.

PADRE NUESTRO

Padre nuestro,
que estás en el cielo.
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

AVE MARIA

Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú ere entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

GLORIA

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

LETANIAS

Señor, ten misericordia de nosotros,
-Cristo, ten misericordia de nosotros,
-Señor, ten misericordia de nosotros,

-Cristo óyenos, Ten misericordia de nosotros.
-Cristo escúchanos, Se repite
-Dios, Padre celestial,
-Dios Hijo, Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Trinidad santa, un solo Dios,

-Santa María,  Ruega por nosotros.
-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-Madre de Cristo,
-Madre de la Iglesia,
-Madre de la divina gracia,
-Madre purísima,
-Madre castísima,
-Madre virginal,
-Madre sin mancha de pecado,
-Madre inmaculada,
-Madre amable,
-Madre admirable,
-Madre del buen consejo,
-Madre del Creador,
-Madre del Salvador,
-Virgen prudentísima,
-Virgen digna de veneración,
-Virgen digna de alabanza,
-Virgen poderosa,
-Virgen clemente,
-Virgen fiel,
-Espejo de justicia,
-Trono de sabiduría,
-Causa de nuestra alegría,
-Vaso espiritual,
-Vaso digno de honor,
-Vaso insigne de devoción,
-Rosa mística,
-Torre de David,
-Torre de marfil,
-Casa de oro,
-Arca de la Alianza,
-Puerta del cielo,
-Estrella de la mañana,
-Salud de los enfermos,
-Refugio de los pecadores,
-Consuelo de los afligidos,
-Auxilio de los cristianos,
-Reina de los ángeles,
-Reina de los patriarcas,
-Reina de los profetas,
-Reina de los apóstoles,
-Reina de los mártires,
-Reina de los que confiesan su fe,
-Reina de las vírgenes,
-Reina de los santos,
-Reina concebida sin pecado original,
-Reina asunta al cielo,
-Reina del Santísimo Rosario,
-Reina de la familia,
-Reina de la paz,

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros.
-Jesús, óyenos.
-Jesús, escúchanos (Se repite)

Bajo tu protección. Nos acogemos bajo tu protección, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien, sálvanos siempre de todos los peligros Virgen gloriosa y bendita.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

SALVE

Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!

EL CREDO NICENO

Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles.

Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Verdadero Dios de Dios Verdadero, Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre, por el quien todas las cosas fueron hechas, El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre, y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos, padeció, y fue sepultado y al tercer dia resucitó según las Escrituras. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre, y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos; y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo, El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; que habló por los profetas. Creo en una santa Iglesia católica y apostólica. Confieso un Bautismo para remisión de pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del Siglo venidero.

Amén.

ACTO DE CONTRICION

Dios mío, 
me arrepiento de todo corazón 
de todos mis pecados 
y los aborrezco, 
porque al pecar, no sólo merezco 
las penas establecidas por ti 
justamente, 
sino principalmente porque te ofendí, 
a ti sumo Bien y digno de amor 
por encima de todas las cosas. 
Por eso propongo firmemente, 
con ayuda de tu gracia, 
no pecar más en adelante 
y huir de toda ocasión de pecado. 
Amén

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